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TALLER SHOÁ 2009

PUBLICACIONES IMPORTANTES

13-11-09 Cultural La canción "Lili Marleen" Música de guerra

Luis Fernando Iglesias
SI LA SEGUNDA GUERRA Mundial tuvo una banda sonora, en particular del lado alemán, fue la canción "Lili Marleen". Un soldado recuerda la despedida de su amada, bajo un farol cercano al cuartel y la melancólica imagen lo acompaña en el frente de batalla. A la primera versión, el autor agregó un par de estrofas de sentido fatalista donde se presume que el soldado no volverá. Ese oscuro poema fue escrito por el alemán Hans Leip en 1915, antes de su partida hacia el frente ruso durante la Primera Guerra Mundial. Al poema se le anexó la música compuesta por Norbert Schultze en 1937, dos años antes que comenzara una nueva guerra de proporciones mayores. El primer nombre de la composición fue "La chica bajo el farol". (...) PARA LOS contemporáneos de la Segunda Guerra Mundial no existen dudas: Lili Marleen es Lale Andersen, quien vivió una relación sentimental con el director suizo, de origen judío, Rolf Liebermann. Algunas cartas privadas la muestran con posturas críticas hacia el régimen nazi, pero, paradójicamente, terminó siendo un símbolo del III Reich. Más de una declaración hecha pública en apoyo a la obra de Goebbels la comprometió al final de la guerra. Finalizado el conflicto, luego del correspondiente proceso, los tribunales de "desnazificación" la absolvieron. Después de la guerra, otra mujer se identificó con Lili. También alemana de nacimiento, Marlene Dietrich fue contraria al nazismo y se exilió en Estados Unidos, donde llevó adelante su carrera, apoyando a las tropas aliadas. Cantó la canción hasta su retiro y siempre jugó con la similitud de su nombre con el apellido del personaje que, en las versiones en inglés, se llamó Marlene en lugar de Marleen. A partir de 1974, luego de la muerte de Andersen, la Dietrich se consideró la única con derecho a cantarla.
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Artículo sobre la Escuela Ana VinocurEscuela Ana Vinocur
A cargo del Prof. Oscar D. (Recomendado)
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sobre el sistema de partidos .- por Alexandra Lizbona
Referencia histórica al origen del federalismo venezolano
A lo largo de la historia hubo sucesivos procesos de centralización y descentralización política, en la conformación de la República venezolana. Con distintos altibajos, el impulso centralista prevaleció en Venezuela durante casi todo el siglo XIX3. La conformación de este Estado, requirió que la modalidad de transferir funciones desde los gobiernos centrales a las autoridades designadas, tenga un formato centralizado. Esta tendencia general, difirió en cuanto al contexto histórico que se vivió. Para un mayor esclarecimiento de los hechos, se dividirá en etapas. Una primera, comprende el período de la Gran Colombia (1811-1830); en segundo lugar, desde la separación de la Gran Colombia en 1830, comprendiendo los gobiernos conservadores y liberales que tuvo, hasta el final del gobierno de los federales en 1868, y por último, el período de transición desde 1868 hasta 1899, en que surgen los gobiernos autoritarios-militares. Con el objetivo, de hacer una contribución al estudio histórico -comparado del federalismo, se entrelazará dicho caso, con la variada literatura teórica que se ha abordado sobre esta temática.(...) En suma, Venezuela presenta un sistema federal centralizado. La fundación, tuvo una ausencia de consenso en las elites, en torno a la forma de estado que se quería, que culminó siendo el reflejo de lo que se instauró: una inevitable concentración del poder, con deficiencias y ambigüedades en su proyecto nacional, y una tensión, entre las fuerzas autonómicas de los estados y el centralismo como fórmula estatal.En la siguiente sección, se propondrá analizar, sí con el declive del caudillismo del siglo XIX, se logra institucionalizar un diseño federal descentralizado, o si continúo en una encrucijada de qué estructura estatal se debía formar, ya no por caudillos, sino por otros actores; los partidos políticos.(...)En la actualidad, este diseño institucional federal, se traduce en un mero formalismo normativo, el cual no presenta, una transferencia de competencias administrativas, por la falta de voluntad del gobierno nacional, que no permite que los gobernadores en cada entidad federal, tengan la capacidad política para tomar decisiones sobre sus propios recursos. El federalismo fiscal, o sea, la redistribución del ingreso de un nivel de gobierno a otro, está generando cada vez más discordancias, conflictos, principalmente en los estados más ricos, quienes son gobernados por fuerzas opositoras, producto, de la falta de cooperación entre los gobernadores, y el gobierno oficialista central. (...) ÚLTIMO NÚMERO DIGITAL -REVISTA LA ONDA DIGITAL

23-10-09 Cultural  París bajo la ocupación alemana László Erdélyi(desde París)

(...) A pocos metros de esas plantas funcionó dentro del propio museo del Louvre la organización nazi dedicada al saqueo de las colecciones privadas de los judíos franceses. Conocido por sus siglas ERR (Einsatzstab Reichsleiter Rosenberg), eran tres salas virtualmente aisladas del resto del museo (luego sumaron algunas más). Allí se depositaban los óleos, esculturas y otros objetos de valor artístico confiscados en los hogares de los coleccionistas judíos para luego ser trasladados a Alemania, muchos de ellos a la colección privada de Hermann Goering. Entre 1940 y 1944 el ERR envió a Alemania más de 4.200 cajas con objetos de valor artístico, entre ellas 52 cajas conteniendo toda la colección Rothschild. Todo el respeto que mostraron hacia el arte francés se evaporaba cuando se trataba de obras de arte pertenecientes a judíos. Allí actuaban como aves de presa, compitiendo entre sí para ver quién robaba más y mejor. Pero el Louvre como tal, y a pesar de lo sombrío de la situación, siguió existiendo y funcionando, en parte porque los funcionarios franceses a cargo actuaron con firmeza e inteligencia -ninguna obra de la colección del museo fue robada por los nazis- y porque la Kunstschutz, la organización alemana creada por Hitler para administrar los bienes culturales franceses, tuvo una actitud conservacionista. De hecho el Louvre reabrió bajo la ocupación como parte de esta política alemana, pero como una mera sombra de sí mismo, con un área de exhibición muy reducida. No se podían ver muchas de las joyas de la colección porque estaban guardadas o lejos, en algún lugar de Francia, bien escondidas. Los parisinos pagaban 1 franco la entrada, los judíos tenían prohibido el ingreso, los soldados alemanes iban gratis. Las visitas en grupo -en general soldados de la Wehrmacht bajo el mando de sus oficiales- no mostraban el mejor comportamiento: la dirección de los Museos Nacionales exigió por carta al Kunstschutz, el 4 de setiembre de 1940, que colocara carteles en alemán prohibiendo a los visitantes tocar las obras, en particular los óleos. (...) La obra salió del museo en agosto de 1939 con destino a Chambord y tres meses más tarde la llevaron al castillo de Louvigny. En junio de 1940, en plena invasión, fue trasladada a dos sitios secretos sucesivos. En marzo de 1943 se extremaron medidas y se buscó un depósito más aislado: el castillo de Montal. El 15 de junio de 1945, con Francia ya liberada, la caja de los tres puntos rojos volvió al museo en el asiento trasero del auto particular del curador Van der Kemp. La reapertura de la caja fue registrada en una serie por el fotógrafo Pierre Jahan, y expuesta en la muestra "Le Louvre pendant la guerre". Durante las tres horas de plantón que duró el evento, siempre miramos hacia el Arco de Triunfo, situado a unos 200 metros, porque por allí aparecían las tropas o los aviones. Días más tarde, en viaje a Montevideo, los niños descubrieron la edición española de La Extraña Derrota, de Marc Bloch, que este cronista había adquirido en Madrid. (...)Era junio de 1940, y Francia había caído derrotada ante las tropas de Hitler. Los chicos miraron la foto atentos, un instante, e hicieron silencio.

Humberto Silva Morelli Desde que el hombre realizara sus primeros inventos, sin saber lo que hacía, hasta que los griegos comenzaron a analizar el pensamiento, que es la más fina e importante de todas las herramientas que el creador nos dio, pasaron quizás miles de años, quizás decenas de miles de años. Y quizás muchos más, desde que el hombre se le dio la posibilidad de pensar. Esa cantidad es una incógnita que no tiene solución ni sentido, porque, y a mi parecer, las fechas no tienen la importancia que tiene el sólo saber que el hombre fue el que colocó las bases de todo lo que marca el inicio de nuestro caminar hacia el futuro. Lo que creo cierto es que durante miles de años, el hacer marcó la cuantía del saber… hasta que hace nada, sólo ayer, aprendimos a pensar. Lo que se objetivó, casi junto con el aprender a escribir, al pasar del nomadismo al sedentarismo. Escribimos sobre barro, pero escribimos. Escribimos símbolos para identificar cosas y otros símbolos para cantidades. que hoy llamamos números. Y de esas primarias uniones, al parecer, nació el pensamiento griego con dos gigantes: Aristóteles y Platón. Dos teorías, que la ignorancia del poder establecido, después consideró irreconciliables y malvadas. Por ello muchos hombres, sin distinción entre gobernantes y gobernados y sin siquiera entenderías, persiguieron a los que las defendían, tratando así de erradicarlas. Realmente las persiguieron porque deseaban esclavizar, matar y humillar al hombre. El hombre de entonces, no entendió que estas teorías sólo eran el despertar de la mente humana, y que al decir que ellas ofendían a Dios, a sus tradiciones y a todo lo que sostenía la divinidad del poder establecido, se estaba persiguiendo la luz del alma del hombre nuevo, que recién estaba naciendo para hacer la eternidad. El hombre ya había comenzado a ver esa luz que nadie puede apagar. Y en esta época, entre el inicio del pensar al escribir, y el inicio del razonar griego, nació nuestra Torá. (continúa)